En años anteriores, “Pascua Joven” despertó en muchos chicos de nuestra comunidad, el deseo de comenzar a participar de manera más activa y comprometida, poniendo especial interés en generar un espacio que le permitiera a los jóvenes encontrarse: así de sencillo … ENCONTRARSE. A partir de allí, surgió el darse cuenta de que no era de lo único de lo que estaban “sedientos”. Empezaron a proponer ideas. Fueron descubriendo que pueden dar, que son capaces, y por lo tanto muy valiosos. Se fueron animando a decir cosas y a ocupar un lugar que los hace sentirse cómodos… como en casa.
Creo, casi sin duda, que como adultos tenemos mucho que aprender de esta generación, a pesar de todas las críticas que les llueven encima. Cuando sienten que tienen un lugar en donde se los tiene en cuenta, donde se sienten valorados, escuchados y respaldados, donde sus propuestas logran ponerse en marcha y pueden ver los frutos, donde las realidades se ven con el espíritu alegre que los caracteriza…aparece el joven que dice SÍ.
Gracias a toda la comunidad que creyó, acompañó y sigue apostando por estos chicos que se juegan por ideales más altos de los que uno se imagina.
Y vos, si tenés más de 16 años…¿qué estás esperando para unirte?
